¿De qué se trata?
Recientemente hemos escuchado hablar de nuevo de esta enfermedad, se trata de la infeccición por Salmonella que tiende a afectar el revestimiento interno del intestino y que se denomina Salmonelosis, es transmisible a través de alimentos contaminados, según la OMS (Organización Mundial de la Salud) es la causante de mas de cien mil defunciones en el mundo.
Los alimentos asociados con los brotes de salmonelosis son, por ejemplo, los huevos, la carne de ave y otros productos de origen animal.
Síntomas
Los síntomas de la enfermedad comienzan a manifestarse entre 6 y 72 horas (generalmente 12 a 36 horas) después de la ingesta de Salmonella, y la enfermedad dura entre 2 y 7 días. En la mayoría de los casos, los síntomas de salmonelosis son relativamente leves y los pacientes se recuperan sin tratamiento específico. Sin embargo, en algunos casos, particularmente en niños pequeños y en ancianos, la deshidratación causada por la enfermedad puede ser grave y poner en peligro la vida.
Entre los síntomas se encuentran:
- Fiebre
- Disturbios intestinales
- Dolor abdominal
- Diarrera
- Vómito
- Deshidratación
Tratamiento
Los adultos sanos pueden recuperarse de casos de salmonelosis de leve a moderada
sin tratamiento médico. Sin embargo, es buena idea buscar atención médica si se presentan síntomas de intoxicación alimentaria por
salmonella, tales como fiebre, vómitos, diarrea y calambres abdominales.
Debido a que la infección por salmonella puede causar deshidratación, el reemplazo de líquidos y electrolitos es el foco del tratamiento. Los casos severos pueden requerir hospitalización y líquidos inyectados directamente en vena (vía intravenosa). Además, el médico puede recomendar:
- Antidiarreicos. Los medicamentos como la loperamida pueden ayudar a aliviar los cólicos, pero también pueden prolongar la diarrea asociada con la infección por salmonella.
- Antibióticos. Si su médico sospecha que la bacteria de la salmonella han entrado en el torrente sanguíneo, o si usted tiene un caso grave o un sistema inmune comprometido, puede prescribir antibióticos para matar las bacterias. Los antibióticos no benefician en los casos no complicados. De hecho, los antibióticos pueden prolongar el período de infección y pueden infectar a otros, y pueden aumentar su riesgo de recaída.
Hay que tener mucho cuidado con lo que come una vez que haya contraído salmonella hasta que la infección haya desaparecido.
Resistencia Bacteriana
Los antimicrobianos, como los antibióticos, son esenciales para tratar las infecciones causadas por las bacterias. Sin embargo, su utilización excesiva o errónea en la medicina veterinaria y humana se ha vinculado a la aparición y propagación de bacterias resistentes, que hacen que los tratamientos de enfermedades infecciosas en los animales y en el hombre dejen de ser eficaces. Las bacterias resistentes se introducen en la cadena alimentaria a través de los animales (por ejemplo, las salmonellas a través del pollo). La resistencia a los antimicrobianos es una de las principales amenazas a las que se enfrenta la medicina moderna.
Alimentos limpios o inocuos
Los alimentos insalubres generan un círculo vicioso de diarrea y malnutrición que compromete el estado nutricional de los más vulnerables. Cuando el suministro de alimentos es inseguro, las personas tienden a adoptar dietas menos sanas y a consumir más “alimentos insalubres” que contienen sustancias químicas, microbios y otros peligros que ponen en riesgo la salud.
La Segunda Conferencia Internacional FAO/OMS sobre Nutrición (ICN2), celebrada en Roma en noviembre de 2014, reiteró la importancia de la inocuidad de los alimentos para lograr una mejor nutrición humana a través de una alimentación sana y nutritiva. La mejora de la inocuidad de los alimentos constituye pues un elemento clave para avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los gobiernos deben elevar la inocuidad de los alimentos al rango de prioridad de salud pública, estableciendo y aplicando sistemas eficaces en materia de inocuidad de los alimentos que permitan asegurar que los productores y proveedores de productos alimenticios a lo largo de toda la cadena alimentaria actúen de forma responsable y suministren alimentos inocuos a los consumidores.
La contaminación de los alimentos puede producirse en cualquiera de las etapas del proceso de fabricación o de distribución, aunque la responsabilidad recae principalmente en el productor. Sin embargo, una buena parte de las enfermedades transmitidas por los alimentos son causadas por alimentos que han sido preparados o manipulados de forma incorrecta en el hogar, en establecimientos que sirven comida o en los mercados. No todos los manipuladores y consumidores de alimentos entienden la importancia de adoptar prácticas higiénicas básicas al comprar, vender y preparar alimentos para proteger su salud y la de la población en general.